| by faguayo
0El Mercurio: Posnatal masculino: El debate que viene
Posnatal masculino: El debate que viene
Por MAGDALENA ANDRADE
Martes 22 de Marzo de 2011
El lunes de la semana pasada, Karla Varela (37), abogada de una empresa minera, volvió a trabajar después de haber cumplido el período posnatal de su segundo hijo, Luciano, de cuatro meses.
Al día siguiente -el martes-, Karla debió viajar a revisar unos contratos a Colombia. Fue por el día: a la mañana del miércoles ya estaba de vuelta en su casa. Pero la idea de dejar sola a su guagua la angustió. Más cuando pensó que su marido, Christian Bonometti (35), ejecutivo de una cadena de supermercados, también debía viajar al sur y tampoco estaría en la casa.
-Honestamente, si tuviera la oportunidad de ceder parte de mi posnatal a Christian, no lo haría. Sólo lo pensaría si él me dijera: Karla, ésta es la oportunidad de mi vida y para mí es importante como hombre. Y hacerlo me dolería el alma. Porque si me preguntas cómo volví a trabajar, yo te digo que desgarrada -confiesa Karla. Christian, que escucha las palabras de su mujer, ha visto también lo difícil que ha sido para ella reintegrarse a la oficina luego del nacimiento de Luciano.
-Veo cómo está sufriendo y pienso: no podría quitarle esos días. Uno, como hombre, soporta mejor estar lejos de los hijos, pero no las mamás, que lo han llevado en su guata nueve meses -dice, aunque reconoce, también, que no se imaginaría mucho tiempo de su vida dedicado exclusivamente a cuidar a su hijo.
Si se aprueba el proyecto de ley que se presentó en el Congreso, que alarga el descanso maternal a seis meses, el panorama para padres y madres será así: las mujeres, luego de los primeros tres meses, podrán cederles a sus parejas parte de las siguientes doce semanas para que ellos se queden en casa cuidando a su hijo o hija, mientras ellas se reincorporan al trabajo.
El fin de esta iniciativa: dar un espacio legal para que los hombres se incorporen en las tareas de crianza y cuidado de sus hijos.
-Más que una discusión legal, la incorporación de esta ley, que reconoce por primera vez al hombre como una parte tan importante como la madre en la crianza del hijo, abrirá un nuevo espacio de debate, no sólo a nivel social, sino también entre las parejas -dice la psicóloga Marianela Hoffmann, especialista en infancia temprana de la Universidad del Desarrollo-. Y dejará sobre la mesa varias preguntas por responder: ¿estarán dispuestas las mujeres a ceder parte de su descanso al padre? ¿Qué pasará con el sueldo del hombre si decide tomar las semanas de posnatal? ¿Qué pasará con su carrera laboral durante el tiempo que esté fuera del trabajo? ¿Cómo se adaptará la cultura masculina a un cambio así?
Hoy en Chile los padres tienen un permiso posnatal de cinco días por ley, luego del nacimiento de su hijo. Por ahora, los primeros resultados de Images, un estudio sobre masculinidad realizado en seis países, y que en Chile incorporó a 1.192 hombres de Santiago, Valparaíso y Concepción, ha demostrado que la cultura de paternidad entre los hombres chilenos -además de cambiar algunos pañales y dar algunas mamaderas- es baja todavía: el 77% de los hombres encuestados no ha tomado nunca un permiso posnatal. ¿Las razones? El trabajo no se lo permite (52%), condiciones económicas (14%) o porque no quiso (10%). Además, el 42% de ellos declaró no conocer la existencia de una ley de posnatal masculino de cinco días.
Tiempo: compartido versus exclusivo
La primera discrepancia en torno a este futuro permiso para los padres la dicta su extensión. La ley plantea un descanso compartido entre madres y padres: será decisión de las mujeres optar por ceder parte de las doce últimas semanas a sus parejas.
La primera pregunta que queda sobre la mesa es: ¿Qué mujer querrá ceder su tiempo de descanso al padre? En el caso de Karla Varela y Christian Bonometti, ninguno de los dos está de acuerdo con hacerlo.
-Ella sacrifica más cosas que yo, por lo tanto, ella merece tener todo el tiempo -dice Christian.
Parecida es la percepción de Patricio Rodríguez (31), ejecutivo bancario y papá de Constanza, de cinco meses, con quien ha establecido toda una rutina para acercarse a ella, a pesar de las más de 11 horas que dura su rutina laboral diaria. Tampoco cree que Ana María, su mujer, le cedería voluntariamente sus semanas de posnatal, a menos que no tuviera otra opción que hacerlo. Y a él tampoco le parecería justo tomar esas semanas sabiendo -dice- que separaría a su guagua de su mamá.
-Yo me conformaría con tener más flexibilidad en el trabajo, quizás trabajar menos horas o sólo de lunes a jueves por un tiempo, y acompañarlas a ambas. Porque lo peor, ahora, no es estar poco tiempo con mi hija, sino volver del trabajo tarde, cansado y estresado, y que eso no me permita disfrutar de ella.
Si un padre quiere formar un buen vínculo con su hijo -dicen los últimos estudios sobre paternidad- es necesario que cumpla con dos requisitos: estar presente desde los primeros días de vida del niño -ojalá desde el parto, dice la pediatra Ester Mateluna, de la Universidad Diego Portales- y cultivar un vínculo físico con su hijo permanente en el tiempo, explica la especialista.
-El apego temprano es importante tanto para el niño como para el padre. Los padres que establecen esa conexión desde un principio están mucho más predispuestos a permanecer comprometidos en las vidas de sus hijos, aun cuando ellos vivan sólo con su mamá -apunta el doctor en psicología estadounidense Gary Barker, experto en masculinidad y director de la ONG Promundo, dedicada a fomentar la paternidad comprometida.
Un estudio realizado por el psicólogo de la Universidad Católica Nicolás Suárez -que entrevistó a un grupo de padres para saber cómo se conectaban con sus hijos durante sus primeros seis meses de vida- concluyó que el vínculo padre-hijo no se produce en abstracto, sino en concreto: con rutinas como alimentarlo y mudarlo, hacerle cariño, hacerlo dormir y cuidarlo.
-La presencia de los padres muchas veces se ve dificultada por el trabajo. Aparece una tensión entre ambos aspectos: los padres ven la actividad laboral como una de las mayores causas de distanciamiento con sus hijos, a pesar de que es fundamental para satisfacer sus necesidades materiales -dice el especialista
El problema es que si ese tiempo implica tener que negociarlo con la mujer, para los hombres todavía se ve muy difícil tomarlo, observa el psicólogo Francisco Aguayo, quien por años ha venido investigando la forma en que los chilenos viven su masculinidad y paternidad. En países donde la ley sugiere compartir el permiso entre padre y madre -dice Aguayo-, la experiencia muestra que quien termina usando todo el posnatal es siempre la madre.
-Yo creo que esta iniciativa, aquí en Chile, va a quedar más en el discurso, y que un mínimo de hombres lo podrá tomar. En los países donde sí ha resultado, como Noruega o Suecia, la experiencia es distinta porque la ley es distinta: existe un período exclusivo para el padre, intransferible y que se pierde si no se toma. Con esta medida, han podido dar el salto en lo que se refiere a igualdad de género.
El fotógrafo Nicolás Wormull (33), padre de cuatro hijos, conoce esa experiencia. Hace cinco años volvió a Chile desde Suecia, y la cuarta de sus hijos -Saga, de diez meses- nació aquí. Nicolás, que trabaja como freelance, decidió quedarse en la casa para criarla a ella y a sus hermanos mientras su mujer trabaja.
Para él, a esta sociedad le costará adoptar una ley así:
-Me parece bueno que exista una ley como ésta. Aun así, creo que hay problemas de fondo que no se solucionan con ella. Que están impregnados en nuestra cultura. Creo que un período exclusivo para el hombre es fundamental para que una sociedad madure; ahora, no sé si los chilenos están maduros para hacerlo. Y pienso que no es sólo el hombre el que debe hacerse cargo de esta responsabilidad, porque las mujeres también son muy machistas en este país, y tienen un rol fundamental en dar un paso adelante.
El obstáculo del sueldo
Junto con decidir si el padre tomará o no semanas de posnatal, otro punto a debatir por las parejas será el del dinero: si el hombre acepta tomar el descanso, deberá ceñirse a las mismas normas económicas que rigen para las mujeres. Es decir, quienes ganen más de $650 mil pesos mensuales, sólo recibirán su sueldo hasta ese tope.
Para la psicóloga Elisa Ansoleaga, del Programa de Estudios Psicosociales de la Universidad Diego Portales, ésta será la principal barrera para que los hombres no accedan a usar el beneficio.
-Es de público conocimiento que los hombres reciben salarios superiores a las mujeres, y que éste constituye una base importante del presupuesto familiar. En la medida en que la ley establece un tope de 30 UF, muchos no estarán en condiciones reales de optar por el cuidado de sus hijos, porque eso tendrá consecuencias importantes en sus ingresos -advierte.
Para Patricio Rodríguez, el ejecutivo bancario papá de Constanza, este es un punto sensible, pero no inmanejable. Su inquietud es otra: ¿podrán los empleadores respetar la plaza de trabajo de un hombre que se toma un permiso paternal?
-Uno o dos meses con menos dinero se puede financiar, si uno se planifica. El tema, finalmente, es de largo plazo: mantener el trabajo -dice.
La psicóloga Elisa Ansoleaga cree que eso va a depender, de la cultura y valores organizacionales en que ese padre trabaja.
-Si la empresa cuenta con medidas que reconozcan y permitan a sus trabajadores la conciliación de familia y trabajo, este padre tendrá más probabilidades de recibir apoyo de sus colegas y superiores para hacer uso del posnatal.
Por ahora, Patricio Rodríguez cree que cualquier colega de trabajo que acceda, en el futuro, a tomarse su permiso de posnatal será visto así: con la sana envidia que se mira hoy al que se va de vacaciones.
Aunque, se supone, la intención de este período no es sólo que los padres cuiden a sus hijos, sino que también se «corresponsabilicen»: es decir, que se involucren de forma equitativa a sus mujeres a las tareas domésticas, y se dé un paso adelante en la equidad de género.
En los países donde el posnatal exclusivo para hombres es ley, como Dinamarca, Noruega o Suecia, los empleadores ven como un plus que sus trabajadores usen el permiso posnatal, dice Elisa Ansoleaga. Ese empleado adquiere un valor agregado, porque suponen que ese período junto a sus hijos incrementa sus habilidades emocionales y profesionales.
Algo que estará por verse si sucederá en Chile.
Christian Bonometti, el papá de Luciano, de cuatro meses, cree que en su empresa -una multinacional estadounidense- nadie cuestionaría si él quisiera tomarse el permiso. Pero no está seguro si ocurriría lo mismo en otra compañía:
-En esta empresa, podría dar el paso, y creo que mis jefes no congelarían mi carrera y no me calificarían como bicho raro. Pero en otro lugar, sinceramente, creo que sería irrisorio.
Fuente: http://blogs.elmercurio.com/ya/2011/03/22/posnatal-masculino-el-debate-q.asp